Altar
de muertos
El altar de muertos, también conocido como
ofrenda del Día de Muertos, es un elemento fundamental en el conjunto de las
tradiciones mexicanas del Día de Muertos, que consiste en instalar altares
domésticos en honor de los muertos de la familia donde se ofrece como ofrenda
alimentos, velas, flores y objetos de uso cotidiano del difunto.
El altar de muertos es una construcción
simbólica resultado del sincretismo de las ideologías prehispánicas, la
cosmovisión endémica de las culturas mesoamericanas y las creencias religiosas
europeas de carácter abrahámico traídas por los conquistadores y misioneros
españoles encomendados a la colonización y conversión de los pueblos nativos
del actual territorio mexicano. Las creencias mesoamericanas sincréticas, para
rendir tributo a los antepasados familiares, a los difuntos cercanos o a
personajes importantes.
Los orígenes de la tradición del Día de
Muertos son anteriores a la llegada de los españoles. El altar de muertos es un
elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos. La representación de
los altares de muertos ha cambiado a través de los siglos desde la introducción
de la religión católica en el México prehispánico, debido a que se han incluido
elementos simbólicos que no pertenecen a las culturas mesoamericanas, como
imágenes religiosas católicas (rosarios, crucifijos e iconos sacros).
La estipulación de la festividad religiosa
del Día de Todos los Santos se conjuga con el Día de Muertos. En tiempos de la
conquista de México, se intentó convertir al catolicismo a los pobladores de
Meso-américa. La tradición se resistió a morir, y poco a poco se le fueron
incluyendo elementos de las culturas europeas.
La construcción y representación del altar
de muertos varía según la idiosincrasia y los elementos disponibles en una
determinada región, así como de la cosmovisión de las diferentes culturas y
etnias.
Niveles
del altar
Altares de dos niveles: son una
representación de la división del cielo y la tierra, y representan los frutos
de la tierra y las bondades de los cielos, como la lluvia.
Altares
de 3 niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo. Debido a la
introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado su
significado a dos posibles: pueden representar la tierra, el purgatorio y el
reino de los cielos, o bien los elementos de la Santísima Trinidad, según la
tradición católica.
Altares de 7 niveles: son los más
convencionales, y representan los siete niveles que debe atravesar el alma para
poder llegar al descanso o paz espiritual. Según la práctica otomí, los siete
escalones representan los siete pecados capitales. Se asocia el número siete
con el número de destinos que, según la cultura mexicana, existían para los
diferentes tipos de muerte.